sábado, 13 de febrero de 2016

Oscuridad

La oscuridad no es más que aquel espacio al que a veces le tememos.
A veces, es nuestro refugio,
A veces, es el lugar ideal para la entrega de placeres,
A veces, donde se encuentra el mal,
algunas veces, se encuentra el descanso.-

La oscuridad es el mejor amigo que a veces te traiciona.-
El lugar donde te escondes y te descubren,
el lugar donde te encuentran y te despojan,
el lugar donde buscas tentaciones,
donde a veces quieres y no quieres estar.

Así que la oscuridad es bien y es mal.-
Solo tú decides hasta donde llegar
y detrás de tí siempre estará.
Todos llevan oscuridad.

domingo, 7 de febrero de 2016

El Príncipe o El Sapo

Siempre que nos cuentan las historias de las princesas o doncellas, cierran con un especial beso del príncipe. ¿Pero qué hay de aquellas princesas o bien sea el caso de la doncella que no finaliza sus historias con apuestos príncipes?  (ojo que todas las mujeres son protagonista de cada historia)- (Así que bien sea el caso, tómese en representación).

De tantas princesas que conozco en esta vida, muy bien sé, que muchas besaron sapos sin hallar el príncipe; y hasta algunas de ellas que sí encontraron el príncipe pero no hubo un : “Y vivieron felices para siempre”.
Otras decidieron dejar de pasar de sapo en sapo, y mejor quedarse con un sapo y listo; para que seguir llevando llaga con esto. Dejando atrás la idea de seguir pensando que para ella se le destinaba su grandioso príncipe. Y si este es el caso: “tuvieron muchos sapitos y trataron de vivir felices para siempre”.
Las pocas, poquitas pocas que si encontraron su príncipe y de paso fueron felices por siempre, fueron las más envidiadas del mundo y ahí cabe destacar a La Cenicienta, La Sirenita, la Bella durmiente y Blanca Nieves, no, está última no, hay versiones que indican que tras cámaras se echaba a los enanitos preparando el nuevo Kama Sutra, versión latín.

En fin, hoy en día no se sabe con quién se puede topar y contar, y definimos el porqué de esto; si el chico suele presentarse físicamente como el príncipe idóneo, cual su cabellera es de brillo de seda y su sonrisa te deleita, prueba entonces, que baile bien machito y que de vez en cuando se eche sus apestosos delante de ti, para así demostrar que este sea digno y no caiga en aquel dicho que dice: “habla bonito, cocina divino y tiene la letra bonita” y resulta que le gusta sentarse en el sanitario para hacer pipí.

Y viéndolo bien, todo esto aquí relatado pudiese concluir con que no es tan fácil armarse su propio cuento de hadas y que para bien o para mal uno termina decidiendo entre el príncipe o el sapo, para medio llevarla en la pobreza o la riqueza y hasta que la muerte los separe.